Parafraseando el maravilloso poema de Robert Frost «The Road Not Taken» hace un par de años decidimos tomar el camino menos transitado, aquel por el que no pasaba nadie, que estaba lleno de maleza y descuidado.
Efectivamente, el camino menos transitado necesitaba atención y cuidados, nadie le prestaba atención, eso fue lo que nos hizo decantarnos por él.
El otro, por el que pasaba todo el mundo lucía hermoso, bien cuidado, sin obstáculos aparentes y lleno de gente que lo transitaba a diario. Gente que ni siquiera se paraba a pensar entre elegir uno de los dos caminos, obvio.
Sin embargo, ese camino fácil, uniforme, cuasi robótico, no permitía el acceso a personas que se salían de la norma. Gente poco convencional, divergente, no podía transitar el camino fácil que transitaban los demás.
No sabemos que habrá al final del camino menos transitado. De momento nos hemos encontrado con este objeto enmarcado que nos dice: Congratulations! por haber elegido este y no el otro camino.